miércoles, 22 de noviembre de 2017

Adios pañal, un proceso madurativo.

 
Hemos pasado ya, por dos "operaciones pañal", a cada cual más distinta.
 
Sin con mi hija fue todo sencillísimo, donde ella pilló rápido el concepto, y el juego de las pegatinas que le pusimos en el baño para que anotase cada vez que lo hacía bien o mal. Con mi segundo hijo fue todo lo contrario. Lo que funciona para uno no tiene que funcionar para el otro, no hay dos iguales me decían, y que verdad es.
 
Con la niña jamás tuvimos problemas de escapes de pis, ni diurnos ni nocturnos.
El niño le costó unos días llegar al baño para hacer pipi en el orinal, y siempre que se lo hacia encima lloraba.
 
A la semana, el niño controló el pis, pero no en el orinal, el quería hacerlo de pie y el váter. Punto positivísimo, nos saltamos un paso por decisión propia de él.
 
Pero la caca...eso fue otro cantar.
 
La niña, siempre la hacia en el orinal, y contenta ponía su pegatinita verde en el cuadro de recompensas.
 
Al poco la pasamos al váter con un adaptador y un taburete para los pies, y desde el primer día lo hizo perfectamente. Creo que tuvimos demasiada suerte, nos lo puso muy fácil.
 
Con el niño fue un proceso duro.
Las primeras semanas se aguantaba muchísimo las ganas, corría por la casa desesperado, chillando, llorando, el pobre no quería que nada saliese de su cuerpo, se aguantaba días y días, hasta que no podía más y se lo hacía encima.
 
Logramos que un día de esos de no poder aguantar más lo hiciese en el orinal, y fue peor. Le dio un miedo tremendo.
Ya no hablo de semanas, hablo de meses, estuvimos tres meses así, siendo un autentico infierno.
Sin poder ir a la calle, por que si le entraban ganas se quería ir a casa, lloraba, montaba rabietas..
Empezó el cole, y más de una vez se lo hizo encima.
 
A las pocas semanas de cole, pillo su primer virus, y para colmo, fue una gastroenteritis.
Al principio, no ganábamos para lavadoras, y lavar calzoncillos.
 
Pero él mismo se dio cuenta de que la situación no le gustaba, y empezó a sentarse en el orinal sin gritos, sin lloros, sin rabietas.
El solo descubrió que era mejor hacerlo ahí que mancharse.Y como la gastroenteritis duro varias semanas, al final se adapto, y el mismo me lo pedía.
Al final de algo malo, sacamos algo bueno.
Cinco meses después aun no hemos terminado la operación pañal, que no se si denominarla la operación pañal mas larga del mundo.
 
Nos queda la tarea de que pase al váter de mayores a hacerlo, cosa que ahora mismo le da un pánico que alucino.
Pero bueno, paciencia nos sobra, y al final, es un proceso madurativo.
 
El no estaba preparado, lo tengo clarísimo.
Pero como casi te obligan a que cuando vayan al cole no lleven pañal, la primavera-verano anterior tienes que quitárselo si o si.
 
Ahora con tres años es cuando realmente lo veo preparado, antes no. Por lo cual no voy a meterle prisas, demasiados cambios lleva ya este año, como para encima tener que hacer todo perfecto. Lo hace en el orinal, vale, si, y que?. Lo hace, me lo pide, y para mí eso ya es un logro grandísimo. Lo demás llegará, como ha llegado hasta este punto.
 
Por eso, os recomiendo que no os agobiéis, que cada pequeño paso es un gran logro para ellos, que cosas que son básicas para nosotros para ellos son un mundo casi inalcanzable.
Poquito a poco, se hace camino.
 
Os dejo un libro que me recomendaron para este proceso!!
Mil besos!

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