miércoles, 7 de septiembre de 2016

"wishlist" de un parto, comúnmente llamado:Plan de parto.

Cada vez esta más normalizado el hecho de tener un plan de parto para dar a luz.
Yo en este caso lo he llamado "Wishlist",porque al fin y al cabo es eso,una lista deseos (y derechos) que nos gustaría que se tuviesen en cuenta en el momento de nuestro parto.

Recuerdo que hace cinco años era una novedad al alcance sólo de las más valientes, e incluso en pocos hospitales se podía realizar esta petición.
Yo en ambos partos no lo he hecho. En el primero quizás por la inexperiencia, y en el segundo porque tuve la gran suerte de encontrar una matrona que me dejó ser la directora de mi propio proceso.

El plan de parto es una autorización consentida de la usuaria, en la que se contempla las preferencias que quiere que se sigan o no a la hora de dar a luz.

Estas preferencias,siempre que el parto sea normal, pueden llevarse a cabo.
De ser un parto con dificultades, el grupo médico que os atienda en el momento, actuará bajo su protocolo; eso también es cierto y debe quedarnos claro.

También quiero recalcar, que una cosa es un plan de parto, y otra muy distinta dar a luz en casa. Para mi, la primera es un derecho y la segunda una responsabilidad individual.

Antes de elaborar un plan de parto, si os recomendaría que os informéis sobre las prestaciones que tiene el hospital donde vayáis a dar a luz. Es decir, por ejemplo, si pedís en vuestro plan, utilizar una bañera para paliar el dolor y vuestro hospital no esta provisto de éstas, será en vano.
Por eso antes que nada, visitar el hospital, que os informen sobre las opciones que tienen y que se puede o no hacer. Coméntale también a tu matrona para que te guíe.

El plazo de entrega varía según hospital,lo aconsejable es tres meses antes,para que lo reciban y contesten. Aun así lo recomendable es, si bien no se puede entregar en mano, entregar carta certificada en tres copias, una a atención al paciente, una al reparto de ginecología y una a el de neonatología, y quedarnos nosotras con una copia que llevaremos el día del parto.

En el plan de parto la madre propone sus preferencias en cuanto al dolor, al acompañante, durante el parto y después de este, o cualquier otra disposición referente al periodo hospitalario, desde el ingreso hasta el alta.

Yo os recomendaría que os centréis en lo importante:Si queréis epidural o no,oxitocina o no, si necesitáis de algún elemento para la dilatación, el número de tactos necesarios, el ambiente tenue de la habitación, la necesidad de que el acompañante este en todo momento, el piel con piel imprescindible, evitar rasurados, enemas, y posibles episiotomias a no ser que sea necesario.

Que os dejen elegir la postura para dar a luz, que se rompa o no la bolsa manualmente.
En el expulsivo, pues sacar tu misma a tu bebe una vez que salgan los hombros, tener un espejo para ver el expulsivo, cortar el cordón cuando este deje de latir, el tipo de lactancia que deseamos dar, e incluso si no hay complicaciones el alta voluntaria cuando se crea.

Como veis una gran variedad de preferencias a la hora de vivir el momento más maravilloso de nuestra vida, y hacerlo aun más nuestro si cabe.

Desgraciadamente no muchos hospitales llevan a cabo este proceso, o aceptan el plan de parto pero luego no lo ejercen directamente. Pero cada vez se unen más centros a la labor de "un parto respetado"

En Internet encontraréis muchísimos modelos de planes de parto, solo tenéis que elaborarlos con vuestras preferencias.


¿Hicisteis o tenéis pensado hacer un plan de parto?


martes, 6 de septiembre de 2016

Vuelta a la rutina!


El titulo suena de lo mas alentador pero no, estamos en el proceso reacostumbrarnos a la rutina, e intentando volver a traer la hora de dormir a una hora prudencial.
Creo que nos tocará acostumbrarnos del tirón cuando nos topemos de lleno con los primeros días de colegio y toque madrugar.

Y es que este año aun tenemos arena en los pies cuando casi tenemos la mochila del cole lista.
Aun así, aunque ha sido un verano de lo mas enriquecedor personalmente, en el que hemos aprendido a valorar mucho las pequeñas cosas, ha darle la importancia justa a los contratiempos, y a disfrutar y coleccionar momentos en familia, es verdad, que se vuelve a añorar eso de la rutina.

Madrugones, desayunos, colegios, comida, extra escolares,merienda, parque, baños, cena,y a dormir.
Desear que llegue el fin de semana para rellenar la mochila esta vez de bocadillos y poner rumbo a conocer un sitio nuevo.
Eso echo de menos.

El orden, también, por supuesto, echo de menos el orden entre tanto desorden que tenemos en verano,y es que el verano esta para eso, para vivirlo sin complicaciones, vaguear, las cosas frías, y parar poco poquísimo por casa.


Ahora, cuando empieza un nuevo curso, os prometo que me siento como cuando yo era una niña y iba al colegio el primer día.

Me gusta que Alba tenga una mochila acorde con ella, prepararle una muda para dejar en el cole, etiquetar su ropa, buscar las prendas que más utilizaremos para el cole, el vasito que dejaremos allí para el agua,y la tartera.

El primer día os confieso que me pongo nerviosilla, y sigue dándome esa sensación de alegría/pena de dejar a mi pequeña allí, si, tres años después sigue pasándome lo mismo.

Y este año que cambiamos de edificio no voy a prometer que no se me escape alguna lagrimilla, que ya se me hace mayor.

Conociéndome ese sentimiento de incertidumbre no se me ira nunca. 
El colegio es una etapa tan importante en los niños, para su educación y para su sociabilidad que da un poco de vértigo.
Todos tenemos en mente que saquen las mejores notas, que no le cueste mucho seguir el ritmo de la clase y que les guste aprender.

Pero también hay otra parte, la parte en la que el niño forja su personalidad, entabla sus primeros lazos de amistad, con todo lo que eso conlleva sentimentalmente, donde se alegrará, se frustrará, donde reirá, donde discutirá...y dependiendo del carácter del niño le costará más o menos ese periodo.
Y eso da miedo, aunque es una etapa más que tienen que pasar.

Por que al final es como un pájaro cuando nace...la madre observa desde otra rama como el pajarito empieza a despegar sus alas y se lanza con miedo a volar.
Puede que aprenda a la primera.
Puede que se caiga.
Pero al final, todos vuelan.


¡Feliz vuelta a la rutina Mamapaches!